UNA NOCHE DESDE LAS GRADAS DE 678
Ecosistema Nac&Pop
Militantes que interactúan con productores y familias que llevan a sus hijos a un programa político. La flora y la fauna del fenómeno de Diego Gvirtz que es siempre foco de la opinión pública.
Dicen que Jesús
murió y resucitó, como el kirchnerismo en el 2008. De la magia de la primera
historia nació la semana santa, de la segunda el fanatismo de una pequeña parte de
la clase media por 678, y de la unión de estas las dos horas que pasaron las
tres generaciones de un par de familias y una decena de jóvenes militantes en
un estudio de Canal 7.
Como
queriendo oficiar de primer ejemplo, unos veinteañeros uniformados con la
remera de La Cámpora se mostraron en el estudio para “bancar” a la comunera
Victoria Colombo, invitada del Jueves 5 de abril de 2012. Contrario al plateísta promedio, no
evidenciaron vergüenza o nerviosismo, sino que se desenvolvieron como en su
casa. Desde el momento en que pisaron el lugar saludaron a los empleados del
canal e interactuaron con confianza con la producción.
Las agrupaciones alineadas al Gobierno Nacional suelen llenar diariamente por lo
menos la mitad de las tribunas. Foto: Florencia Leskovar |
Cerca de las
nueve de la noche todos tomaron sus puestos en las gradas blancas. Todo estaba
en su lugar: la colorida y moderna decoración, las pantallas LCD colgando del
techo, la mesa redonda de vidrio donde se da la dialéctica de los
informes. Del panel
estable, los periodistas Sandra Russo, Carlos Barragán y Orlando Barone y los
analistas políticos Edgardo Mocca y Dante Palma, pasearon sus intercambios
amistosos frente a los observantes.
Los informes
mantuvieron su tinte polémico de siempre; con el objetivo de analizar
críticamente a los medios “opositores” y desarticular el discurso que los nac&pop llaman “hegemónico” se basaron
en recursos como la repetición, la ironía y la citación de fuentes
aliadas. Los treinta asientos de la
tribuna escucharon en silencio, quizás pasivos, quizás reflexivos. Incluidos
los niños, todos asintieron y se rieron con complicidad tanto de los chistes
del locutor como de los de Sandra Russo fuera del aire.
Durante el
corte, cerca de las diez de la noche, una pareja de abuelos comenzó a repartir
caramelos entre las jóvenes chicas ubicadas una fila más arriba. Una imagen de
camaradería, de construcción de pertenencia. Sin embargo, el hombre robusto de
pelo blanco que ya había presenciado el programa en vivo se lamentaba por la
puesta en escena: “Es televisión, no es un teatro. La otra vez que vine, estaba
Barragán en el medio y no nos daba la espalda”. A veces, la cofradía tiene
sentido vertical.
Todo ritual
tiene su fin. Los panelistas e invitados despegaron rápidamente en diferentes
direcciones, salvo Colombo que se acercó a abrazar a sus compañeros de
militancia. Las familias integras aprovecharon y posaron alegremente en la mesa
redonda de vidrio. Sacaron muchas fotos, fotos que posiblemente aparecerían luego
publicadas en las redes sociales para mostrar su devoción al programa, o
quizás, mandarían a la producción para que las muestren antes de los cortes, y
así, volverían a aparecer en 678.
El cantautor Raúl Carnota despidió el programa con las canciones "Mano única" y "Hasta el otro Carnaval".