miércoles, 30 de octubre de 2013

Inesperado Frenesí

Desde el búnker del FPV

Inesperado Frenesí


Un 27 de octubre hacia 30 años, Raúl Alfonsín cerraba su campaña presidencial y hacía bisagra en la historia argentina. Un 27 de octubre hacia 3 años, moría Néstor Kirchner, cabeza y emblema de la fuerza kirchnerista. El 27 de octubre de 2013, claramente, no se elegían solamente los diputados, senadores y legisladores del poder legislativo: se definía una circunstancial batalla simbólica y el kirchnerismo la perdió.
“No nos olvidemos que son elecciones de medio término”, aclararon los diputados Héctor Recalde y Carlos Kunkel, en la sede del comando del Frente para la Victoria, cerca de las nueve de la noche. El Tango NH se comenzó a llenar poco a poco de militantes e invitados vip, que combatían la ansiedad con empanadas y Pepsi. “Pino y Filmus están peleando voto a voto”, lanzaron los diputados sin dar ningún dato preciso. Pero muchos pudimos leer por Twitter que era “casi seguro” que Pino le pasaba “varios” puntos a Filmus.
El pronóstico, en verdad, no era nada favorable. Los voceros parecían querer tapar el sol con las manos. Sin embargo, los pocos soldados del Pinguino que estaban dentro del búnker mitigaban la marea pesimista. Mientras esperaban inquietos a que llegaran los candidatos y  funcionarios del Gobierno Nacional para dar el discurso pos-elecciones, los militantes llenaron los vacíos de incertidumbre con enérgicos cánticos: “no me importa lo que digan/  los gorilas de Clarín / vamos todos con Cristina / a liberar el país”. El resto de los militantes esperaba en la puerta del hotel, en pleno microcentro, a una cuadra del obelisco.
Llegó un momento en que en el búnker “ya se sabía” cuales eran los resultados definitivos. Pero los invitados no parecían ver tan negro el panorama y esperaban a sus representantes para que den su veredicto. Al fin, pasadas las diez de la noche, el público se concentró eufórico en frente del escenario y ovacionó al equipo kirchnerista. “Somos la primera fuerza a nivel nacional”, destacó Amado Boudou, quien en reemplazo de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, todavía en posoperatorio, fue el animador y coordinador de la noche electoral. El vicepresidente le concedió la palabra a las provincias realmente triunfantes: Chaco, Río Negro, Entre Ríos y Tucumán; y solo en los intervalos pudieron hablar los candidatos perdedores. En cada una de las videoconferencias, Boudou, los candidatos y los militantes se demostraron enérgicos y festivos.
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Si alguien, por alguna razón inexplicable, no comprendía la traducción de los números del escrutinio, no hubiera podido interpretar jamás que los kirchneristas tenían, en verdad, poco para festejar. Ser la primera fuerza a nivel nacional no es un dato menor e implica que, de ser hoy las elecciones presidenciales, podría ganar otra vez el kirchnerismo ya que tienen el 33% de los votos. Sin embargo, la fuerza oficialista perdió en muchos distritos claves y principalmente en la decisiva Provincia de Buenos Aires (37% del electorado), donde perdieron la pulseada simbólica con el ex kirchnerista Sergio Massa. Aunque solo haya ganado poco más de una decena de bancas legislativas; el ex jefe de gabinete se presentó como alternativa política con un discurso que lo convierte en un posible presidencial. Y esta derrota, encabezada por Martín Insaurralde pero generalizada a todo el kirchnerismo, no se admitió salvo con ligeros eufemismos.
En la cara del candidato a diputado y actual intendente de Lomas de Zamora, se percibió, por lo menos, un sentimiento ambiguo: pero reinó su silencio. “Gracias por la confianza, felicitaciones a todos los vecinos de la Provincia, a los que nos acompañaron y a los que no”, aclamó. Daniel Filmus, efectivamente como se rumoreaba en Twitter, no pudo renovar su banca en el senado por la Ciudad de Buenos Aires y cuando le concedieron el micrófono, asumió la derrota y felicitó humildemente a los dos ganadores: Gabriela Michetti y Pino Solanas.
Un aura de felicidad, quizás para muchos incomprensible, invadía el búnker y los militantes no paraban de agitar: “vengo bancando este proyecto / proyecto nacional y popular / te juro que en los malos momentos / los pibes siempre vamos a estar / porque Néstor no se fue / lo llevo en el corazón”.
En verdad, la función de los militantes fue evidente y crucial: bancar al partido en un momento de debilidad y seguir pateando la pelota en el juego de no-pasa-nada.  Aunque para los que presenciamos los festejos en Plaza de Mayo en 2011, luego de la victoria de Cristina Kirchner, pudimos percibir una clara diferencia en su entusiasmo. Pero le hicieron frente a la situación. La idea subyacente del kirchnerismo, parecía ser, que no debían regalarle a la oposición ningún signo de derrota porque en el tablero de fuerzas del poder real no cambió nada. Además, los ampara, en cierto modo, haber perdido las legislativas frente a De Narvaez en 2009 y luego haber podido remontar en las presidenciales de 2011 con un 54% de los votos.
 “Tenemos la mayoría en la cámara de diputados y en la cámara de senadores. Y además: tenemos la juventud militante más grande del país. Viva Néstor y Fuerza Cristina”, cerró el vicepresidente y todo el público respondió con aplausos y aclamaciones. El kirchnerismo se demostró fuerte y triunfante frente a las cámaras, con una militancia activa y resistente. Fuera de cámaras, quien sabe, no es mi rol especular: pero que el kirchnerismo tendrá que abrir los oídos, revisar su gestión y concentrarse en buscar un heredero capaz de hacerle frente a 2015, no queda dudas. 
Florencia Leskovar   @flopi_leskovar

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